Mujeres multiplicadoras

Creación y facilitación de seminarios, conferencias y talleres para favorecer la toma de conciencia acerca de nuestra manera de actuar en el mundo y sobre la responsabilidad que tenemos, en tanto que mujeres, en la construcción de un futuro bajo el signo de la equidad.
El concepto de Multiplicadoras propone una toma de conciencia de nuestro rol, de los modelos que encarnamos en los espacios privados y profesionales en los que participamos así como su incidencia en los futuros hombres y mujeres que son nuestros hijos e hijas.

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Temáticas desarrolladas

  • Mujeres multiplicadoras

    Este taller está concebido para revisar nuestra relación con los modelos que nos han formateado. Propone una visibilidad de nuestra manera de implicarnos en el mundo. Quiere ser una aventura plagada de sororidad, que nos permita contemplar otro diálogo hombre-mujer, otra estructura social.
    Aborda la maternidad a doble nivel:

    • -físico: para aquellas que han elegido ser madres y para las que o no pueden o no quieren serlo.
    • -simbólico: este registro concierne tanto a las mujeres como a los hombres. Nos llama a cuidar de la vida, de la tierra, de la orientación de nuestros procesos humanos en tanto que gestaciones de nuestro futuro.

  • Autoridad natural y liderazgo en femenino: una vía hacia el empoderamiento

    El liderazgo en clave de mujer dista mucho de estar resuelto. La desvalorización de lo femenino vehiculada por el patriarcado durante siglos aún tiene un peso específico en el inconsciente colectivo y dificulta la emergencia de una sociedad equitativa. Restaurar las cualidades del principio femenino y conjugarlas en el ejercicio del liderazgo representa un gran reto creativo, tanto para las mujeres como para los hombres.
    La mujer tiene mucho que decir en el proceso que une la conciencia y el poder. Su palabra y sus actos serán tanto más eficaces cuanto más ancladas estén en su autoridad natural.

  • Los círculos de mujeres

    Las mujeres que avanzan por el camino hacia su autonomía se ven empujadas a adaptarse a un mundo que no tiene en cuenta su especificidad, sus ciclos de vida. Atreverse a la diferencia, asumir la propia singularidad, apostar por la innovación, a veces es más fácil de decir que de vivirlo...
    Un círculo de mujeres genera un espacio privilegiado para desarrollar una mirada propia que legitima, que aporta seguridad y confianza en sí misma y abre horizontes personales y colectivos de mayor equidad.

  • La autoridad de las mujeres

    La mujer topa aún con demasiada frecuencia con la dificultad de encarnar un lenguaje que impacte y resulte creíble en su entorno personal y profesional.
    Es urgente que pueda desarrollar su autoridad natural y proponer un modelo de comunicación, de relación, inclusivo, “y tú y yo”, de manera proactiva.
    La dignidad de la mujer, la relación de alter ego con el hombre, son indispensables para un cambio de paradigma cultural.
    La equidad social está en juego.

  • La maternidad física y simbólica

    Más allá del hecho de ser o no ser madre, el principio de la maternidad puede permitir un abordaje de la evolución hacia un mundo más humano.
    Para esta búsqueda, dos puertas:

    • la primera, el reto de la mujer actual que desea – o no – ser madre, desarrollar su carrera profesional, acceder a su autonomía económica, dentro de unas estructuras que han sido creadas en función de un rol y un uso del tiempo en masculino.
    • la segunda, el reto de proponer una revalorización de los procesos como gestación simbólica, ante la exigencia de resultados y de rendimiento que está asfixiando al planeta tierra y a la humanidad.